J.D. Vance, el recién anunciado compañero de fórmula de Donald Trump, captó la atención en la Convención Nacional Republicana con un discurso centrado en seguridad nacional y política exterior. El senador de 39 años, con menos de dos años en el cargo público, aceptó la nominación como candidato a vicepresidente, elogiando a Trump como “la última y mejor esperanza de Estados Unidos”.
En su intervención, Vance se enfocó principalmente en la amenaza china, omitiendo mencionar el conflicto en Ucrania o la situación en Gaza. Sin embargo, hizo un llamado a la apertura al debate dentro del partido, en un aparente gesto hacia los republicanos con visiones más intervencionistas.
La postura de Vance en política exterior se alinea con la doctrina “Estados Unidos Primero” de Trump. Como ex marine desplegado en Irak, muestra escepticismo hacia la intervención militar en el extranjero y, salvo en el caso de Israel, se opone generalmente a la ayuda exterior.
Vance argumenta que Estados Unidos no puede mantener simultáneamente su apoyo a Ucrania y Oriente Medio mientras se prepara para posibles contingencias en Asia Oriental. Esta visión, junto con su postura pro-Israel y anti-China, ha generado cierta inquietud en Europa.
En la Conferencia de Seguridad de Múnich, Vance cuestionó la viabilidad de múltiples compromisos militares, señalando limitaciones en la capacidad de producción armamentística del país. Su enfoque sugiere una priorización de los intereses estadounidenses en Asia por encima de otros compromisos internacionales.