Un temblor de magnitud 4,7 sorprendió a los residentes del área metropolitana de Los Ángeles en la mañana del jueves. Según informes del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se localizó a escasos 7 kilómetros al norte de Malibu, a una profundidad de 11 kilómetros.
El movimiento telúrico se percibió en un radio de hasta 72 kilómetros, alcanzando incluso el condado de Orange. Autoridades del departamento de emergencias de California iniciaron inmediatamente protocolos de monitoreo y evaluación de posibles daños.
Este evento sísmico se suma a una serie de temblores que han afectado la región en los últimos meses. Notablemente, en agosto, un sismo de magnitud 4,4 causó conmoción desde Los Ángeles hasta San Diego, provocando la vibración de edificios y activando alarmas vehiculares.
La frecuencia de estos fenómenos subraya la importancia de la preparación sísmica en una de las zonas más propensas a terremotos de Estados Unidos.