El suroeste de Estados Unidos continúa enfrentando una intensa ola de calor, con Phoenix, Arizona, como epicentro de temperaturas récord. Aunque algunas lluvias monzónicas han proporcionado un respiro momentáneo, los expertos advierten que el calor extremo persistirá en los próximos días.
El pasado fin de semana, Phoenix experimentó un breve alivio gracias a una tormenta nocturna que dejó cerca de 4,5 cm de lluvia, bajando la temperatura a 32,2°C al amanecer. Sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional pronostica que la ciudad alcanzará los 41,1°C este domingo, marcando su día 84 consecutivo con temperaturas de 37,7°C o superiores.
Isaac Smith, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, advierte: “Prevemos 44,4°C para el lunes y 45,5°C el martes”. Su colega, Gabriel Lojero, añade que estas temperaturas son especialmente peligrosas porque “el cuerpo no obtiene suficiente enfriamiento durante la noche para recuperarse”.
El calor extremo no se limita a Arizona. Nuevo México también enfrenta temperaturas elevadas, con Albuquerque rozando los 37,7°C y condados sureños experimentando temperaturas aún más altas.
Las consecuencias de este verano abrasador son alarmantes. Hasta el 10 de agosto, el condado Maricopa (Arizona) confirmó 96 muertes relacionadas con el calor en 2024, con 42 casos adicionales bajo investigación. En 2023, el condado reportó 645 fallecimientos por esta causa. El condado Pima y otras áreas rurales de Arizona han confirmado 99 muertes, mientras que el condado Clark (Nevada) registra 123 fallecimientos relacionados con el calor este año.
Aunque las lluvias ocasionales ofrecen un respiro temporal, los meteorólogos advierten que la ola de calor continuará. Se insta a la población a tomar precauciones, mantenerse hidratada y buscar lugares frescos para evitar los peligros asociados con las altas temperaturas.
