En la recta final hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2024, la atención se centra en siete estados cruciales que probablemente determinarán el resultado. Estos “estados bisagra” – Georgia, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Carolina del Norte, Arizona y Nevada – se han convertido en el campo de batalla principal para las campañas demócrata y republicana.
La vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata, y el expresidente Donald Trump, aspirante republicano, intensifican sus esfuerzos en estas regiones clave. Ambos candidatos han programado una serie de visitas estratégicas en los próximos días, evidenciando la importancia de estos territorios en disputa.
Trump tiene previsto realizar múltiples apariciones en Michigan y Wisconsin, enfocándose en temas económicos y manufactureros. Por su parte, Harris se embarcará en una gira por Georgia, un estado que los demócratas ganaron por estrecho margen en 2020 después de casi tres décadas.
Las encuestas nacionales muestran una ligera ventaja para Harris, pero la carrera sigue reñida en los estados decisivos. El sistema del Colegio Electoral hace que estos territorios sean fundamentales, ya que el ganador en cada estado se lleva todos sus votos electorales, con algunas excepciones.
La recaudación de fondos también juega un papel crucial. La campaña de Harris reporta haber acumulado 540 millones de dólares, mientras que Trump cuenta con 327 millones. Gran parte de estos recursos se destinarán a publicidad en los estados en disputa.
A medida que se acerca el día de las elecciones, el 5 de noviembre, se espera que ambos candidatos concentren sus esfuerzos en estos siete estados clave. Con la votación anticipada comenzando en algunos lugares a finales de septiembre, la carrera por la Casa Blanca entra en su fase más intensa y decisiva.
