El panorama de la salud reproductiva en Estados Unidos ha experimentado cambios significativos desde la anulación del fallo Roe contra Wade en 2022. Un reciente estudio publicado en JAMA arroja luz sobre una tendencia emergente: el incremento de ligaduras de trompas entre mujeres estadounidenses.
La investigación, que analizó datos de seguros de 4,8 millones de mujeres en 36 estados y Washington D.C., reveló un aumento notable en este procedimiento de esterilización. Los estados fueron categorizados según sus políticas de aborto como “prohibidos”, “limitados” o “protegidos”.
Aunque las tasas de ligaduras se mantuvieron estables en los 18 meses previos a la decisión de la Corte Suprema, la segunda mitad de 2022 marcó un punto de inflexión. El estudio detectó un incremento del 3% mensual en estados con prohibiciones al aborto, sugiriendo una relación directa entre las restricciones legales y la elección de métodos anticonceptivos permanentes.
Xiao Xu, autor principal del estudio y profesor en la Universidad de Columbia, señala que estos resultados no son completamente inesperados dadas las nuevas circunstancias legales. Esta tendencia se suma a hallazgos previos que indican un aumento en procedimientos de esterilización tanto en mujeres como en hombres jóvenes.
Profesionales de la salud, como el Dr. Clayton Alfonso de la Universidad de Duke, confirman haber observado un aumento en las solicitudes de ligaduras de trompas en sus consultas. Muchas pacientes, preocupadas por la posibilidad de embarazos no deseados y la falta de opciones de aborto, optan por esta solución permanente.
Este fenómeno refleja cómo los cambios en las políticas de salud reproductiva pueden influir directamente en las decisiones personales de las mujeres sobre su fertilidad, planteando nuevos desafíos y consideraciones en el ámbito de la salud pública estadounidense.