El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha iniciado un viaje histórico a Angola para consolidar su compromiso con África y promover un proyecto ferroviario estratégico que busca fortalecer las cadenas de suministro y competir con la creciente influencia china en el continente.
El proyecto clave, conocido como Corredor de Lobito, representa una inversión de $5.000 millones destinada a renovar y ampliar la histórica línea ferroviaria de Benguela, conectando el puerto de Lobito en el Atlántico con la República Democrática del Congo y, más adelante, con Zambia. Este corredor no solo facilitará el transporte de minerales críticos como el cobalto y el cobre, esenciales para tecnologías como los vehículos eléctricos, sino que también impulsará el desarrollo económico y sostenible en la región.
Financiado principalmente por la Alianza para la Infraestructura y la Inversión Globales (PGI, por sus siglas en inglés), una iniciativa liderada por Biden y el G7, el Corredor de Lobito busca posicionarse como una alternativa estratégica frente a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China. Este megaproyecto asiático ha dominado la financiación de infraestructura en África durante la última década.
Angola, que actualmente enfrenta una deuda de $17.000 millones con China, está apostando por este corredor para diversificar sus fuentes de inversión y reducir su dependencia económica. El presidente angoleño, João Lourenço, ha subrayado la importancia de esta colaboración para el futuro del país.
Además del impacto económico, el proyecto contempla iniciativas de desarrollo sostenible, como energía solar, modernización de redes eléctricas y plantas de desalinización, que buscan garantizar un crecimiento resiliente al cambio climático en la región.
Con esta visita, Biden reafirma su visión de una cooperación internacional equilibrada, promoviendo alianzas que beneficien a ambas partes y fomenten el desarrollo global.
