El rapero y empresario Sean “Diddy” Combs fue acusado en dos nuevas demandas, en las que se alega que cometió agresiones sexuales contra menores en incidentes ocurridos en Nueva York. Según las demandas, presentadas el lunes en la Corte Suprema de Nueva York, Combs habría drogado y abusado de un niño de 10 años en un hotel de Nueva York en 2005 y, en un caso separado, de un adolescente de 17 años que buscaba participar en el reality “Making the Band” en 2008.
Estas demandas son parte de una serie de acusaciones recientes que sostienen que Combs agredió sexualmente a jóvenes en fiestas y reuniones durante los últimos 20 años. Los abogados de Combs han rechazado enfáticamente estas acusaciones, señalando que el abogado de los demandantes, Anthony Buzbee, busca notoriedad mediática. En un comunicado, el equipo legal de Combs afirmó que “la verdad prevalecerá en los tribunales: el señor Combs nunca agredió sexualmente ni explotó a nadie, adulto o menor”.
Combs, actualmente de 54 años, se encuentra detenido en Nueva York tras declararse inocente de cargos federales por tráfico sexual, incluyendo acusaciones de coerción y abuso de mujeres, y presunto chantaje a víctimas para su silencio.
Uno de los casos actuales involucra a un niño de 10 años, un aspirante a actor y rapero, quien viajó desde California junto a su familia para una supuesta audición. La demanda afirma que un conocido de Combs le ofreció al menor una bebida adulterada y que el rapero luego lo agredió. Al despertar, el niño recibió amenazas para que no informara a sus padres sobre lo ocurrido.
La segunda demanda describe a un joven de 17 años que alega haber sido forzado a realizar actos sexuales con Combs y su guardaespaldas durante una audición de tres días para el programa “Making the Band”, producido por el propio Combs. Al expresar su negativa, fue excluido de la competencia y afirma que su carrera en la industria se vio bloqueada durante años.
Ambas demandas se presentaron en el marco de la Ley de Protección a las Víctimas de Violencia de Género de Nueva York, que permite a las víctimas presentar denuncias aún cuando los delitos hayan prescrito.