Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) están sufriendo una marcada caída en la moral y afectaciones de salud, en medio de la intensificación de las condiciones en la frontera sur por el arribo masivo de inmigrantes indocumentados, según un reporte dado a conocer por la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En el reporte, el Inspector General (IG) de DHS, que tiene la misión de proporcionar supervisión independiente y promover la excelencia, la integridad y la responsabilidad dentro del DHS, señaló que: “Según las entrevistas y las respuestas de encuestas de 9,311 miembros del personal encargado de hacer cumplir la ley, los detalles y las horas extra han tenido un impacto negativo en la salud y la moral del personal encargado de hacer cumplir la ley, que se siente sobrecargado de trabajo e incapaz de cumplir con sus deberes principales de aplicación de la ley”.
“El método actual de CBP e ICE para administrar el personal de aplicación de la ley es insostenible”, advirtió el inspector general. “Las cargas de trabajo de CBP e ICE han aumentado significativamente debido a factores que escapan al control del Departamento de Seguridad Nacional, a saber, el aumento de los encuentros fronterizos y el volumen de viajes”.
El IG señaló al aumento en las llegadas de inmigrantes, los cambios en las políticas de inmigración y las complicaciones de la pandemia de COVID-19 como algunas de las causas que están afectando la moral de los agentes de ICE y CBP y admitió que estaban “fuera del control del DHS”.
Uno de los problemas hallados es la diferencia entre los “niveles de personal autorizados” y el personal real disponible para ocupar los puestos necesarios.
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