La canciller mexicana Alicia Bárcena ha presentado una visión audaz para el futuro económico de América Latina y el Caribe. En un reciente seminario sobre el desarrollo regional, Bárcena destacó la urgencia de fortalecer las redes de suministro y propuso centrarse en sectores clave como la industria farmacéutica y la agroecología.
Ante el panorama de desaceleración económica que enfrenta la región, la diplomática enfatizó la necesidad de aumentar la producción y mejorar la integración entre los países latinoamericanos. “Estamos en un momento crítico donde debemos repensar nuestras estrategias de desarrollo”, afirmó Bárcena.
La funcionaria señaló que, a pesar de no ser la región más pobre, Latinoamérica continúa siendo la más desigual del mundo. Esta situación se ve agravada por las crecientes disparidades entre naciones desarrolladas y en desarrollo, así como por una inversión regional que no supera el 20% del PIB.
Bárcena hizo hincapié en la importancia de incrementar el comercio intrarregional, que actualmente oscila entre el 12% y el 20%, muy por debajo del 60% que se observa en Europa. “Tenemos que fortalecer nuestras cadenas de valor locales y reducir la dependencia comercial con otras regiones”, explicó.
La canciller mexicana ve en la industria farmacéutica y la agroecología oportunidades clave para lograr una mayor integración. Propone una armonización regulatoria entre países para facilitar la producción conjunta de equipamiento médico, medicamentos y vacunas. En cuanto a la agroecología, sugiere enfocarse en la restauración de zonas tropicales y la reforestación con manglares.
Otros desafíos importantes mencionados por Bárcena incluyen la reducción de la informalidad laboral y el combate a la pobreza extrema, que afecta a 72 millones de personas en la región. “Es un objetivo ambicioso, pero necesario para el desarrollo sostenible de nuestra región”, aseguró.
La funcionaria también abogó por la transición hacia economías circulares y verdes, destacando el compromiso de México de alcanzar un 35% de uso de energías renovables en su matriz energética para 2030.
Con estas propuestas, México busca liderar un cambio de paradigma en el desarrollo latinoamericano, promoviendo una mayor cooperación y autosuficiencia regional en sectores estratégicos.
