Al menos dos bomberos resultaron heridos y más de 100 familias han sido evacuadas en Quito tras los incendios que estallaron el martes por la tarde. Las autoridades locales han indicado que será difícil extinguir el fuego antes del miércoles. Durante una rueda de prensa, el alcalde Pabel Muñoz informó que los albergues del Patronato San José han sido habilitados para recibir a las personas evacuadas, aunque hasta el momento no se han registrado daños graves a viviendas ni víctimas mortales.
El incendio se originó en una zona rural y, debido a los fuertes vientos, avanzó hacia áreas urbanas, afectando incluso el Parque Metropolitano. Más de 215 bomberos y 440 personas están trabajando en las labores de extinción, con el apoyo de 1.600 agentes de la Policía y 180 efectivos de las Fuerzas Armadas. Además, la Fuerza Aérea ha desplegado dos helicópteros para colaborar en la lucha contra el fuego.
El alcalde Muñoz hizo un llamado a los ciudadanos para que eviten utilizar sus vehículos, con el fin de facilitar el acceso a los equipos de emergencia en las zonas afectadas.
Por su parte, la ministra del Interior, Mónica Palencia, ha solicitado la colaboración de la ciudadanía para identificar a los responsables de provocar los incendios y ha anunciado la implementación de un sistema de recompensas. Al mismo tiempo, se están realizando esfuerzos para localizar a 15 caballos de la Policía que desaparecieron debido al avance del fuego.
La prefecta de Pichincha, Paola Pabón, aseguró que el gobierno provincial pondrá a disposición toda su maquinaria y brigadas para apoyar en las tareas de control de la emergencia. El ministro de Gobierno, Arturo Félix, también ha garantizado el respaldo total del Gobierno Nacional en esta crisis.
En relación con incendios anteriores, se informó de la detención de dos personas. Además, debido a la prolongada sequía, se han suspendido los cortes de electricidad en Quito, ya que la falta de agua ha afectado el suministro en algunas zonas. Según el Instituto de Meteorología, Ecuador atraviesa la sequía más severa en 61 años, lo que ha agravado la situación de los incendios, los cuales han consumido más de 23.400 hectáreas desde agosto.
