La comunidad periodística en Perú y organizaciones internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), han alzado su voz para exigir justicia tras el asesinato de Gastón Medina Sotomayor, un reconocido periodista peruano y director de Cadena Sur TV, ocurrido el pasado lunes 20 de enero en la ciudad de Ica.
Clamor por Justicia y Seguridad para la Libertad de Prensa
El asesinato de Medina, quien fue atacado por un hombre armado a las afueras de su domicilio, ha encendido las alarmas sobre la inseguridad que enfrentan los periodistas en el país. Cámaras de vigilancia captaron el trágico momento, y aunque fue trasladado de urgencia a un hospital, no logró sobrevivir al atentado.
La SIP y otros organismos, como el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) y el Consejo de Prensa Peruana (CPP), han instado al gobierno peruano a garantizar la seguridad de los periodistas, combatir la impunidad y proteger la libertad de prensa, fundamentales para la democracia.
Un Periodista Crítico y Comprometido
Gastón Medina era conocido por su enfoque crítico hacia las gestiones gubernamentales locales y su valentía al denunciar irregularidades judiciales y casos de extorsión en el transporte colectivo. Según familiares y colegas, había recibido amenazas recientes por su trabajo, así como un ataque previo en 2024.
Un Llamado de Urgencia para Actuar
La SIP, que representa a cientos de medios en las Américas, ha subrayado la necesidad de esclarecer este crimen y castigar a los responsables. Su presidente, en un comunicado, destacó que la falta de acción en estos casos vulnera gravemente la libertad de prensa y perpetúa un clima de miedo entre los periodistas.
Otro Golpe a la Prensa en México
La tragedia no se limita a Perú. La SIP también condenó el asesinato de Calletano de Jesús Guerrero, subdirector de Global México, ocurrido el 17 de enero en el Estado de México. Según reportes, Guerrero había enfrentado amenazas y situaciones de riesgo antes de su muerte, lo que evidencia el peligro creciente para los comunicadores en la región.
Ambos casos refuerzan el llamado internacional a garantizar la seguridad de quienes arriesgan su vida para informar y proteger la verdad.