El expresidente boliviano Evo Morales denunció un presunto intento de asesinato ocurrido el domingo, afirmando que salió ileso tras ser blanco de varios disparos mientras se dirigía a un programa radial. Morales responsabilizó directamente al actual presidente, Luis Arce, acusándolo de haber orquestado el ataque. Sin embargo, desde el gobierno se ha sugerido que podría tratarse de un “autoatentado”, según declaraciones oficiales.
Este suceso ocurre en un contexto de crecientes tensiones políticas, mientras partidarios de Morales mantienen bloqueos en carreteras que ya llevan 13 días. Estas movilizaciones exigen que se retire una orden judicial para que Morales responda a cargos legales. Durante su programa dominical, Morales detalló que varios encapuchados intentaron emboscar su vehículo y dispararon al menos 14 veces, aunque resultó ileso. Las imágenes difundidas por sus seguidores muestran los daños en los vehículos, con balazos en el parabrisas y la carrocería, además de un conductor herido y rastros de helicópteros sobrevolando la zona.
Desde el gobierno, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, cuestionó la veracidad de las acusaciones, afirmando que la “población considera la posibilidad de un autoatentado”, y advirtió que Morales podría estar promoviendo la confrontación y violencia con fines políticos para evitar responder ante la justicia. La policía confirmó que aún no existe una orden judicial para arrestar al expresidente.
Las reacciones internacionales no tardaron en llegar. El presidente colombiano Gustavo Petro expresó su apoyo a Morales y condenó la violencia en un mensaje en X (anteriormente Twitter), mientras que el gobierno de Venezuela emitió un comunicado en rechazo al presunto ataque, describiéndolo como un “acto de violencia fascista” que busca avivar el odio político en Bolivia.
La relación entre Arce y Morales se ha deteriorado, enfrentándolos en una disputa por el control del Movimiento al Socialismo (MAS) de cara a las elecciones de 2025. Morales ha criticado a Arce por lo que considera un deterioro de la economía y acusa a su sucesor de urdir un caso legal en su contra para alejarlo de la política. Arce, por su parte, acusa a Morales de intentar desestabilizar su gestión. El sábado, Arce realizó cambios en la cúpula militar, instando a los nuevos líderes a “restablecer el orden público” frente a las protestas.
Los bloqueos en las carreteras han provocado una crisis de desabastecimiento en las ciudades, con escasez de alimentos y combustible, y el aumento de los precios ha generado un creciente malestar en medio de una economía en dificultades.
