Claudia Sheinbaum, la primera mujer en ganar la presidencia de México, ha completado el proceso formal para convertirse en la sucesora del actual mandatario. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le otorgó la constancia que la acredita como presidenta electa, marcando un hito histórico en la política mexicana.
En una ceremonia cargada de simbolismo, Sheinbaum recibió el documento que valida su victoria en las elecciones del 2 de junio. Este acto representa el último paso protocolar antes de su toma de posesión, programada para el 1 de octubre, cuando iniciará su mandato para el período 2024-2030.
Durante el evento, la presidenta electa reafirmó su compromiso con la continuidad y evolución del proyecto político iniciado por Andrés Manuel López Obrador en 2018. Sheinbaum enfatizó su visión de un gobierno inclusivo y justo, prometiendo combatir la corrupción y los privilegios.
En materia de seguridad, la futura mandataria se comprometió a mantener la estrategia de atención a las causas de la violencia, descartando un retorno a la “guerra contra el narco”. Este enfoque busca equilibrar la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública con el fortalecimiento de las instituciones policiales.
Mónica Soto, titular del TEPJF, celebró este momento como un avance significativo en la equidad de género, señalando que México ha “roto el techo de cristal”. Sin embargo, también hizo un llamado a la unidad nacional, lamentando los incidentes violentos ocurridos durante el proceso electoral.
La ceremonia no estuvo exenta de tensiones, con manifestaciones tanto de apoyo como de oposición en las inmediaciones del Tribunal. Este escenario refleja los desafíos que Sheinbaum enfrentará para unificar a un país polarizado.
Con esta certificación, México se prepara para una nueva era bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, quien deberá navegar complejos retos sociales, económicos y de seguridad en los próximos seis años.