En México, la celebración del Día de Muertos no solo rinde homenaje a los seres queridos fallecidos, sino también a las mascotas que formaron parte de las familias. Esta práctica, que se ha popularizado en los últimos años, permite a dueños como Meztli Lizaola recordar a sus amigos peludos en altares dedicados. Para Lizaola, el recuerdo de su chihuahua Taco, quien la acompañó durante quince años, vive en un altar que incluye cenizas, fotos y adornos tradicionales.
Los altares de Día de Muertos, celebrados el 1 y 2 de noviembre, son un símbolo de la tradición mexicana, en la que se mezclan elementos de las culturas prehispánicas y católicas. Aunque durante mucho tiempo se dedicaban exclusivamente a familiares y amigos, en los últimos años ha crecido la costumbre de incluir a las mascotas en estos tributos. De hecho, en 2020 se estableció el 27 de octubre como el Día de Muertos para Mascotas en México, reflejando cómo estas ofrendas han ganado popularidad.
El etnohistoriador Juan Pablo García Urióstegui menciona que este fenómeno se ha hecho más evidente en zonas urbanas en los últimos tres años, impulsado por una visión más inclusiva hacia las mascotas en las familias. “Las nuevas generaciones ya no ven a las mascotas como un acompañante más, sino como miembros de la familia que merecen un recuerdo especial”, explica García Urióstegui.
Lizaola y su pareja, Víctor Sorchaga, han experimentado esta evolución en sus propias tradiciones familiares. Aunque inicialmente la familia mostró cierta resistencia, con el tiempo adoptaron la costumbre de honrar a sus compañeros animales en el altar familiar. Sorchaga comenta: “Estamos convencidos de que nuestras mascotas tienen un alma hermosa y una gran capacidad de amar”.