Este sábado, la capital cubana recibió a una flotilla de la Marina rusa compuesta por el buque escuela Smólny, el patrullero Neustrahimiy y el petrolero Yelnya. La visita, calificada como rutinaria por las autoridades de ambos países, se extenderá hasta el martes próximo.
La llegada de los navíos fue recibida con salvas de bienvenida por parte de las autoridades cubanas, mientras residentes rusos en La Habana y ciudadanos locales observaban el acontecimiento con interés. Esta visita marca la segunda ocasión en menos de dos meses que un destacamento naval ruso atraca en la isla caribeña, subrayando los fuertes lazos entre Moscú y La Habana.
Durante su estancia, los marinos rusos se reunirán con altos mandos de la Armada cubana, fortaleciendo así las relaciones bilaterales en materia de defensa. La presencia de estos buques ha generado diversas reacciones entre la población local, evocando memorias de la histórica alianza entre Cuba y la antigua Unión Soviética.
Este intercambio naval se produce en un contexto de creciente cooperación entre Rusia y Cuba. En los últimos tiempos, Moscú ha incrementado su apoyo a La Habana mediante el suministro de petróleo, alimentos y un aumento en el flujo turístico, ayudando a paliar la difícil situación económica que atraviesa la isla.
La cercanía geográfica de Cuba a Estados Unidos añade un matiz geopolítico a estas visitas navales, aunque tanto Washington como La Habana han manifestado anteriormente que estos despliegues no representan una amenaza para la región. No obstante, estos movimientos son seguidos de cerca por analistas internacionales en el marco de las tensiones globales actuales.
Esta visita naval reafirma la estrecha relación entre Rusia y Cuba, evidenciando la continuidad de una alianza estratégica que ha persistido a lo largo de décadas, adaptándose a los cambiantes escenarios internacionales.
