Un nuevo estudio presentado durante la Conferencia Internacional ATS 2025 (American Thoracic Society) alerta sobre los riesgos invisibles que representan los microplásticos para nuestra salud pulmonar y el sistema inmunológico.
¿Qué son los microplásticos?
Son diminutas partículas —menores a 5 mm— que se generan a partir de la descomposición de plásticos y que están presentes en el agua, los suelos, el aire y ahora también, en nuestros cuerpos. Investigaciones previas ya los habían detectado en órganos como el cerebro, los pulmones y la sangre.
¿Qué efectos tienen en la salud?
El estudio, liderado por Adam Soloff de la Universidad de Pittsburgh, revela que los microplásticos inhalados interfieren directamente con el funcionamiento de los macrófagos pulmonares, células inmunitarias clave en la defensa del sistema respiratorio. Estas células no solo destruyen bacterias y virus, sino que también eliminan restos celulares que, si se acumulan, pueden generar inflamación crónica.
Más allá de los pulmones
Los efectos no se limitan al sistema respiratorio. Tras exponer ratones a partículas de microplástico de poliestireno, los científicos encontraron rastros de estas sustancias en órganos como el hígado, bazo, colon, cerebro y riñones. A solo 24 horas de la exposición, los macrófagos mostraron una reducción notable en su capacidad para fagocitar (absorber y destruir bacterias).
¿Se puede revertir el daño?
Sí. La segunda parte de la investigación evaluó si era posible restaurar la función inmunológica dañada. Usando acadesina —un medicamento experimental— se logró mejorar significativamente la capacidad de los macrófagos para fagocitar. Esto abre una posible vía de tratamiento para reducir el riesgo de infecciones, daño pulmonar crónico e incluso cáncer.
“Con la mala calidad del aire en muchas regiones, una terapia accesible que ayude a recuperar la función inmunitaria podría ser clave para prevenir enfermedades pulmonares”, afirmó Soloff.