La transformación de los sistemas de salud en América Latina avanza con paso firme gracias a tres ejes fundamentales: la descentralización de los servicios médicos, la adopción inteligente de tecnología y un enfoque renovado que considera la salud como una inversión estratégica, no como un gasto.
Durante el Roche Press Day 2025, celebrado en Ciudad de México, Rolf Hoenger, director general para América Latina de Roche, destacó que el reto más grande es acercar los servicios a las comunidades y optimizar el uso de recursos humanos, tecnológicos y financieros.
Actualmente, buena parte de la atención sanitaria se concentra en hospitales de alta complejidad, lo que satura el sistema. Hoenger señaló que muchas condiciones podrían resolverse en niveles de atención primaria y secundaria, reduciendo costos, tiempos de espera y sobrecarga hospitalaria.
La tecnología ha sido un motor de cambio en este proceso. La telesalud, que hace pocos años era vista como una promesa, se ha consolidado como una herramienta real tras la pandemia. Consultas virtuales, seguimientos médicos y tratamientos a distancia han permitido mejorar la cobertura sanitaria, incluso en zonas remotas.
Un ejemplo claro es el uso de tratamientos subcutáneos que reemplazan las infusiones prolongadas. Pacientes con enfermedades como cáncer o esclerosis múltiple pueden recibir su medicación en minutos y cerca de sus hogares. Además, la inteligencia artificial ha demostrado ser clave en la detección temprana de enfermedades como el cáncer de mama, reduciendo significativamente los costos y mejorando la supervivencia.
Sin embargo, la inversión sigue siendo un desafío. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países deberían destinar al menos el 6 % de su PIB a salud pública, pero la región apenas alcanza el 3,7 %. Además, el 27 % del gasto total proviene directamente del bolsillo de los pacientes, lo que lleva a millones de personas a situaciones económicas críticas cada año.
Hoenger recordó que invertir en salud genera beneficios económicos claros: por cada dólar invertido se obtiene un retorno de entre dos y cuatro dólares en productividad. Destacó programas regionales como IMSS Bienestar en México y políticas de acceso en Perú, que representan pasos importantes hacia una cobertura más amplia y equitativa.
La colaboración entre gobiernos y empresas tecnológicas también es clave. A través de la iniciativa Movement Health, en alianza con Siemens y Microsoft, se busca mejorar la planificación de recursos y fortalecer los sistemas sanitarios mediante herramientas digitales.
Hoenger concluyó que este es un “momento decisivo” para actuar. Si no se incrementa la inversión y no se fortalecen las alianzas público-privadas hoy, dentro de una década los sistemas de salud podrían enfrentar consecuencias difíciles de revertir.