Las bebidas que forman parte de la rutina diaria podrían tener un impacto discreto pero relevante en la salud ósea de las mujeres mayores. Una investigación desarrollada por especialistas de la Universidad de Flinders analizó durante diez años la relación entre el consumo de café y té y la densidad mineral ósea en mujeres de edad avanzada.
El estudio, publicado en la revista científica Nutrients, se basó en datos de casi diez mil participantes, con el objetivo de evaluar posibles cambios en la estructura ósea asociados a hábitos cotidianos. La osteoporosis, una condición frecuente a partir de los 50 años, continúa siendo una de las principales causas de fracturas a nivel mundial.
Qué analizaron los investigadores
Los expertos examinaron información del Estudio de Fracturas Osteoporóticas, realizando mediciones periódicas del consumo de bebidas y evaluaciones de densidad ósea en zonas clave como la cadera y el cuello femoral. Estas áreas son determinantes para estimar el riesgo de fracturas severas en edades avanzadas.
Té y densidad ósea
Los resultados mostraron que las mujeres que consumían té de forma regular presentaban una densidad mineral ósea ligeramente mayor en la cadera frente a quienes no lo bebían. Aunque el efecto fue moderado, los investigadores destacaron que incluso pequeñas diferencias pueden tener un impacto positivo cuando se observan a nivel poblacional.
Café: la importancia de la moderación
En el caso del café, el análisis fue más matizado. El consumo de dos a tres tazas al día no se asoció con efectos negativos en la salud ósea. Sin embargo, una ingesta superior a cinco tazas diarias se vinculó con una menor densidad mineral, especialmente en mujeres con consumo elevado de alcohol. Por otro lado, el té mostró efectos más favorables en participantes con obesidad.
Explicación biológica
Los científicos señalan que los compuestos antioxidantes del té, como las catequinas, podrían favorecer la formación ósea y reducir su degradación. En contraste, la cafeína puede interferir levemente en la absorción de calcio, un efecto que podría mitigarse al añadir leche al café.
Recomendaciones finales
Los autores aclaran que no es necesario realizar cambios extremos en los hábitos diarios. Mantener una alimentación equilibrada, asegurar una adecuada ingesta de calcio y vitamina D, y evitar el consumo excesivo de café puede contribuir a preservar la salud ósea durante el envejecimiento.
