Un reciente sondeo realizado entre jóvenes de 14 a 25 años en California reveló que la mayoría de la generación Z experimenta desafíos relacionados con su bienestar emocional al menos una vez al mes. El estudio, impulsado por la iniciativa BlueSky y Children Now de Blue Shield of California, destacó que estos jóvenes no solo reconocen sus preocupaciones, sino que también están tomando medidas activas para afrontarlas.
Uno de los datos más llamativos es que cerca del 70% ha conversado con amistades sobre sus emociones, un paso clave para construir redes de apoyo. Además, entre quienes expresan inquietud por temas como el cambio climático, prácticamente todos aseguraron haber realizado alguna acción positiva en el último año, desde reducir el uso de plásticos hasta participar en actividades comunitarias.
El informe, basado en 750 encuestas en zonas urbanas y rurales, evidencia también que el entorno social y económico desempeña un papel importante en el bienestar de esta generación. Preocupaciones como el costo de la vivienda, el acceso a alimentos y la búsqueda de empleo estable son mencionadas con frecuencia. A esto se suman factores como la violencia comunitaria, la discriminación y los efectos del cambio climático, que generan un impacto emocional significativo.
A pesar de ello, el optimismo se mantiene: más de la mitad de los participantes afirma sentirse esperanzada respecto al futuro. Muchos jóvenes recurren al autocuidado a través de actividades creativas, la música, el ejercicio, los pasatiempos y el tiempo al aire libre como estrategias para manejar el estrés diario.
El papel de las redes sociales también emerge como un factor dual. Para algunos, estas plataformas ofrecen entretenimiento, aprendizaje y conexión con otras personas. Para otros, el tiempo frente a la pantalla, la desinformación o la comparación social pueden generar presión emocional. Aunque una parte de los jóvenes reporta experiencias negativas, muchos continúan encontrando en estos espacios oportunidades para expresarse y mantenerse informados.
Los resultados también muestran diferencias entre grupos y regiones. Jóvenes que enfrentan desafíos económicos, experiencias de discriminación o situaciones ambientales complejas reportan mayores niveles de estrés. Sin embargo, una parte importante señala que busca apoyo emocional o desea acceder a servicios profesionales, aunque el estigma sigue siendo una barrera para algunos.
El estudio concluye que este panorama representa un llamado a escuchar a la juventud, comprender sus inquietudes y fortalecer los espacios de apoyo emocional. Los jóvenes no están quedándose de brazos cruzados: buscan soluciones, construyen comunidad y siguen adelante con determinación.








