La vitamina C es quizás uno de los nutrientes más asociados con el refuerzo del sistema inmunológico.
Actúa como un poderoso antioxidante y ayuda en la producción de células inmunitarias. Cítricos como naranjas, limones y toronjas son fuentes excelentes, pero no te olvides de otras fuentes ricas como kiwis, fresas, pimientos rojos y verdes, y brócoli.
El zinc es un mineral esencial que juega un papel vital en la función inmune. Se ha demostrado que el zinc reduce la duración de los resfriados comunes y fortalece la respuesta inmune general.
Alimentos como las ostras, carne de res, semillas de calabaza, lentejas y garbanzos son ricos en zinc. Dado que el cuerpo no almacena zinc, es importante consumirlo regularmente en la dieta.
Los ácidos grasos omega-3, encontrados en altas concentraciones en el pescado graso como el salmón, la caballa y las sardinas, así como en las semillas de chía y las nueces, son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias.
