Kevin Ray Underwood, condenado por el asesinato de una niña de 10 años en Oklahoma en 2006, fue ejecutado este jueves mediante inyección letal, marcando la última ejecución del año en Estados Unidos. La ejecución tuvo lugar en la Penitenciaría Estatal de Oklahoma, en McAlester, y coincidió con el 45.º cumpleaños de Underwood.
Underwood fue declarado muerto a las 10:14 a.m., en lo que fue la cuarta ejecución del año en el estado y la número 25 en todo el país. El procedimiento utilizó un cóctel de tres fármacos: midazolam como sedante, un paralizante y un agente que detiene el corazón.
Atado a la camilla, Underwood expresó remordimiento, disculpándose con la familia de la víctima, Jamie Rose Bolin, y con su propia familia. “Estoy muy arrepentido por lo que hice y desearía poder cambiarlo”, declaró.
El crimen, ocurrido hace casi 18 años, conmocionó al país. Underwood confesó haber atraído a la niña a su apartamento, donde la atacó brutalmente como parte de una fantasía caníbal. Aunque los abogados defensores destacaron su historial de salud mental, incluidas varias afecciones psiquiátricas, las autoridades consideraron que sus acciones eran demasiado atroces para evitar la pena capital.
Lori Pate, hermana de Jamie, expresó alivio tras la ejecución, señalando que, aunque no traerá de vuelta a su hermana, permitirá a la familia enfocarse en su memoria y comenzar a sanar.
En sus últimos días, Underwood intentó obtener clemencia, argumentando irregularidades en el proceso. Sin embargo, su solicitud fue rechazada por la Corte Suprema horas antes de su muerte.
