Kerrville, Texas — Las fuertes lluvias que azotaron el centro-sur de Texas han dejado un saldo devastador de más de 100 personas fallecidas, mientras decenas siguen desaparecidas. La comunidad se ha volcado en tareas de rescate, con voluntarios y autoridades recorriendo las zonas afectadas a lo largo del río Guadalupe.
El desastre natural ocurrió entre la noche del 3 y la madrugada del 4 de julio, cuando más de 30 centímetros de lluvia cayeron en menos de 12 horas. Esto provocó un desbordamiento histórico del río Guadalupe, alcanzando su segundo nivel más alto jamás registrado. La zona conocida como Hill Country, cerca de San Antonio, fue una de las más golpeadas, justo en pleno fin de semana de celebraciones por el Día de la Independencia.
En el condado de Kerr, el más afectado, se han confirmado al menos 84 muertes. Una de las tragedias más impactantes ocurrió en un campamento de verano cristiano, donde varias víctimas perdieron la vida. En respuesta, vecinos, bomberos y equipos de emergencia trabajan sin descanso para despejar escombros, remover árboles caídos y asistir en las labores humanitarias.
La solidaridad ha sido clave en estos días de crisis. Decenas de personas han ofrecido alojamiento, alimento y apoyo emocional a las familias afectadas. Las redes vecinales se han activado para encontrar a los desaparecidos y brindar asistencia a quienes lo perdieron todo.
El presidente Donald Trump declaró emergencia nacional para facilitar ayuda federal a través de FEMA y confirmó su visita a la zona. Mientras tanto, miembros de la oposición demócrata han solicitado una revisión de los recortes presupuestarios al Servicio Meteorológico Nacional, cuestionando su posible impacto en la capacidad de respuesta ante el desastre. La Casa Blanca respondió que todas las prioridades están centradas en el apoyo a las víctimas.
