En vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los principales funcionarios de seguridad electoral del país están haciendo un llamado a la confianza ciudadana en el proceso de votación. Jen Easterly, directora de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), afirma que la infraestructura electoral nunca ha sido tan segura como ahora.
A pesar de las advertencias sobre intentos de interferencia extranjera, principalmente de Rusia, Irán y China, los expertos aseguran que no se han detectado intenciones de manipular directamente el proceso de votación. Sin embargo, advierten sobre la existencia de campañas de desinformación diseñadas para sembrar dudas entre los votantes.
La CISA ha implementado diversas medidas de seguridad, incluyendo ejercicios de simulación, pruebas de precisión en las máquinas de votación y protección reforzada de las redes informáticas electorales. Destacan que el 97% de los votantes utilizarán sistemas con respaldo en papel y que ningún sistema de registro de votos está conectado a internet.
No obstante, persiste la preocupación por la amplificación de incidentes menores en las redes sociales. Easterly advierte que adversarios extranjeros podrían intentar presentar contratiempos cotidianos como grandes escándalos para socavar la confianza en el proceso.
Para contrarrestar estas amenazas, las autoridades recomiendan a los ciudadanos confiar en la información proporcionada por los funcionarios electorales locales y estatales, evitando la propagación de rumores no verificados en redes sociales.
Mientras tanto, analistas han identificado operaciones de desinformación, como la campaña “Spamoflage” vinculada a China, que busca polarizar el discurso político en plataformas como X y TikTok. Aunque su alcance parece limitado, estas acciones subrayan la complejidad del panorama de seguridad electoral actual.
