Las autoridades sanitarias han confirmado el primer fallecimiento relacionado con el brote de sarampión que afecta al oeste de Texas desde finales de enero.
Melissa Whitfield, portavoz del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas, confirmó el deceso este miércoles. La identidad y edad de la persona no han sido reveladas, pero se sabe que perdió la vida en la madrugada tras haber sido hospitalizada con la enfermedad.
El Hospital Pediátrico Covenant en Lubbock, donde se presume que el paciente estuvo bajo atención, no ha emitido declaraciones al respecto.
El Departamento de Salud estatal informó que el brote ha alcanzado los 124 casos en nueve condados del oeste de Texas, mientras que en el este de Nuevo México se han detectado otros nueve contagios. La enfermedad se ha propagado principalmente dentro de la comunidad menonita en zonas rurales, donde la movilidad entre pequeños pueblos facilita la transmisión del virus.
En el condado de Gaines, donde se reportan 80 de los casos, casi el 14 % de los niños en edad escolar han optado por no recibir al menos una de las vacunas requeridas, según datos del ciclo escolar 2023-2024.
Las cifras oficiales revelan que la mayoría de los afectados son menores de 18 años, y los especialistas advierten que este es el brote de sarampión más grave en Texas en casi tres décadas.
El sarampión es una infección viral altamente contagiosa que puede permanecer en el aire hasta por dos horas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., hasta el 90 % de las personas no vacunadas que entren en contacto con el virus podrán infectarse.
Si bien la mayoría de los niños se recuperan sin complicaciones, la enfermedad puede derivar en problemas graves como neumonía, ceguera, inflamación cerebral e incluso la muerte.
