La vicepresidenta Kamala Harris, ahora candidata presidencial demócrata, se prepara para revelar su estrategia económica ante el electorado estadounidense. Este viernes, en Raleigh, Carolina del Norte, Harris expondrá sus ideas para abordar dos preocupaciones principales de los votantes: el alza en los precios de alimentos y la accesibilidad a la vivienda.
Entre sus propuestas más destacadas se encuentran:
- Prohibición federal de la “especulación de precios” en alimentos y comestibles.
- Ayuda de hasta $25,000 para el pago inicial a compradores primerizos de vivienda.
Harris argumenta que estas medidas ayudarán a frenar la inflación y mejorar el acceso a la vivienda. Su campaña enfatiza la necesidad de controlar los costos alimentarios y prevenir prácticas abusivas por parte de grandes corporaciones.
Sin embargo, expertos como Andrew Lautz, del Bipartisan Policy Center, señalan que es improbable que una sola política presidencial pueda reducir significativamente la inflación actual al objetivo del 2% de la Reserva Federal.
Por su parte, Donald Trump, el candidato republicano, critica la propuesta de Harris calificándola de “controles de precios comunistas”, argumentando que podría llevar a escasez y mayor inflación.
A pesar de que la inflación interanual en EE.UU. ha disminuido recientemente, situándose por debajo del 3%, la economía sigue siendo un tema crucial en la campaña electoral. Ambos candidatos han prometido recortes fiscales, especialmente en impuestos sobre propinas para trabajadores de servicios y hospitalidad.
Críticos como Steven Rosenthal, del Tax Policy Center, cuestionan la efectividad de estas propuestas, sugiriendo que podrían no beneficiar a los trabajadores de bajos ingresos que más lo necesitan.
La carrera presidencial se perfila reñida en temas económicos. Una reciente encuesta muestra que la confianza de los votantes en la capacidad de Harris para manejar la economía ha aumentado, igualando a Trump con un 42% de aprobación.
En este panorama, la presentación de Harris en Carolina del Norte se vislumbra como un momento decisivo en su campaña, buscando consolidar su visión económica frente a un electorado cada vez más preocupado por el costo de vida y la estabilidad financiera.