El Senado de Estados Unidos rechazó este jueves 11 de diciembre dos propuestas clave relacionadas con la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), conocida como Obamacare. Tanto la iniciativa demócrata para extender los créditos fiscales que reducen el costo del seguro médico, como la alternativa republicana para reformar el sistema, no lograron los votos necesarios.
Esta falta de acuerdo implica que los créditos fiscales creados durante la pandemia de COVID-19 expirarán el próximo 1 de enero. Como consecuencia, millones de personas que adquieren su cobertura médica a través de los mercados gubernamentales podrían enfrentar aumentos significativos en el precio de sus primas a partir de 2026.
Las votaciones reflejaron la profunda división política en torno al sistema de salud. El senador republicano Thom Tillis advirtió previamente que alcanzar un acuerdo en el tiempo disponible sería complicado, aunque propuso una prórroga temporal para dar margen a un consenso más duradero, sin éxito.
Los demócratas insistían en extender los subsidios por tres años sin aceptar nuevos límites propuestos por los republicanos. Estos últimos, por su parte, presentaron un plan que permitiría el fin de los créditos fiscales y los sustituiría por nuevas cuentas de ahorro para la salud, una iniciativa que fue descartada por los demócratas por considerarla inviable.
El debate se produjo tras semanas de tensiones políticas, incluyendo un reciente cierre del Gobierno federal. Aunque un pequeño grupo de senadores de ambos partidos logró un acuerdo para reabrir la administración pública, las negociaciones sobre salud no avanzaron de manera significativa.
Desde su aprobación en 2010 durante la presidencia de Barack Obama, la ACA ha sido un punto constante de confrontación política. Mientras los republicanos han intentado modificar o eliminar la ley alegando altos costos, los demócratas la han defendido como una herramienta clave para ampliar el acceso a la atención médica.
Líderes demócratas advirtieron que el aumento de las primas podría afectar directamente a las familias estadounidenses en los próximos meses. Sin embargo, la falta de consenso legislativo deja en incertidumbre el futuro de los apoyos económicos para quienes dependen del Obamacare.










