La vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump protagonizarán un esperado cara a cara el martes en Filadelfia, en lo que podría ser un momento decisivo para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Aunque nunca han interactuado directamente, ambos candidatos se preparan para un intenso intercambio de 90 minutos en el National Constitution Center.
Con las encuestas mostrando una contienda reñida, este debate cobra especial relevancia para influir en los votantes indecisos. Harris busca consolidar su ligera ventaja en estados clave, mientras que Trump intenta mantener su base de apoyo y atraer nuevos seguidores.
La importancia del evento se amplifica por el sistema electoral estadounidense, donde el resultado en estados disputados como Wisconsin, Michigan y Pensilvania puede determinar el ganador del Colegio Electoral.
Para Harris, el debate representa una oportunidad crucial para presentarse ante el público y disipar dudas sobre su candidatura. Trump, por su parte, cuenta con experiencia en debates presidenciales, pero deberá medir cuidadosamente sus declaraciones para no alienar a votantes potenciales.
Expertos señalan que ambos candidatos deberán destacar sus biografías y habilidades únicas, además de transmitir confianza en su capacidad para liderar el país durante los próximos cuatro años.
Con millones de estadounidenses sintonizando el debate, la actuación de Harris y Trump podría marcar un antes y un después en la carrera hacia la Casa Blanca en 2024.