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Ataque estratégico: EE. UU. interviene en instalaciones nucleares de Irán

Ataque estratégico: EE. UU. interviene en instalaciones nucleares de Irán


El presidente Donald Trump confirmó este sábado que Estados Unidos llevó a cabo ataques exitosos en tres instalaciones nucleares de Irán, ubicadas en Fordo, Natanz e Isfahán. Según el mandatario, las aeronaves estadounidenses ya han abandonado el espacio aéreo iraní.

En una declaración televisada, el presidente Trump subrayó que el objetivo principal de esta operación fue la “destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán” y la neutralización de la “amenaza nuclear” que representa este Estado. Calificó los ataques como un “éxito militar espectacular”, que resultó en la “destrucción completa y total” de las tres instalaciones.

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Coordinación y respaldo internacional

Estos ataques en suelo iraní se realizaron en estrecha coordinación con Israel, según confirmaron tanto el presidente Trump como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Trump destacó la sinergia entre ambos países, describiéndola como un trabajo en equipo sin precedentes. Netanyahu, por su parte, felicitó al líder estadounidense, reafirmando la filosofía de “paz a través de la fuerza” y destacando la decisión de Trump de “negarle al régimen más peligroso del mundo las armas más peligrosas del mundo”.

Fuentes de la Casa Blanca informaron a Reuters que bombarderos B-2 participaron en la operación. Además, altos funcionarios del Departamento deDefensa confirmaron el uso de la GBU-57A/B (Massive Ordnance Penetrator – MOP), la bomba no nuclear “rompebúnkeres” más grande del mundo, de propiedad exclusiva de EE. UU. Esta arma de 13.600 kg está diseñada para penetrar complejos subterráneos como el de Fordo, ubicado en las profundidades de una montaña.

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La intervención estadounidense se produce después de días de ataques entre Irán e Israel, planteando la incógnita sobre la participación de EE. UU. La decisión llegó apenas dos días después de que el presidente Trump anunciara que tomaría una determinación “en un plazo de dos semanas”.

Posible escalada en la región

La participación de Estados Unidos en este conflicto ha generado preocupación por una posible escalada de tensiones en Medio Oriente. Nomia Iqbal, corresponsal de la BBC para Norteamérica, ha señalado este riesgo.

En su declaración, Trump instó a Irán a buscar la paz, advirtiendo que, de no hacerlo, los futuros ataques serían “mucho más grandes y mucho más fáciles”. El presidente también recordó el historial de hostilidad de Irán hacia EE. UU. e Israel, y el fallecimiento de personas como resultado de esta conflictividad, mencionando al general Qasem Soleimani. “Hace mucho tiempo decidí que no dejaría que esto pasara. No continuará”, afirmó.

Según CBS, cadena socia de la BBC, Estados Unidos se comunicó previamente con Irán por canales diplomáticos para aclarar que su intención no es un cambio de régimen, sino debilitar el programa nuclear iraní. Trump también había expresado que, por el momento, no tiene intención de atentar contra la vida del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. Horas antes del ataque, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, había calificado una intervención estadounidense directa como “muy, muy peligrosa”.

Las autoridades iraníes confirmaron los ataques a las tres instalaciones mencionadas. Akbar Salehi, vicegobernador de seguridad de Isfahán, reportó “varias explosiones” cerca de las instalaciones nucleares de Natanz e Isfahán. La televisión estatal iraní informó que las tres instalaciones ya habían sido evacuadas, y Hassan Abedini, subdirector político de la cadena, indicó que Irán “no sufrió un golpe importante porque los materiales ya habían sido retirados”.

Uno de los objetivos clave, la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo, está situada a unos 96 km al sur de Teherán, bajo tierra. Se cree que esta instalación contenía dos túneles principales con centrifugadoras y una red de túneles menores. Israel había solicitado la intervención de Washington, ya que EE. UU. era el único país con la capacidad militar para atacar Fordo con el bombardero B-2 y la bomba MOP. Los ataques israelíes previos ya habían causado daños en Natanz e Isfahán.

Un momento trascendental

Mark Lowen, corresponsal de la BBC en Tel Aviv, Israel, analiza que la pregunta crucial ahora es la reacción de Teherán. Este es un punto de inflexión en el conflicto y en las relaciones entre Irán e Israel, con posibles implicaciones significativas para la seguridad estadounidense. Con alrededor de 40.000 soldados estadounidenses en la región, la alerta es máxima. Las amenazas de los hutíes respaldados por Irán en Yemen de reanudar ataques contra barcos estadounidenses en el mar Rojo, si EE. UU. intervenía militarmente, añaden otra capa de complejidad. Ahora, el temor a las represalias iraníes contra activos estadounidenses y militares en la región, y por supuesto, contra Israel, es inminente.

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