Nueva York – Redacción.
Frente a la sede de la misión de Estados Unidos ante la ONU en Nueva York, un grupo de veteranos de guerra y activistas emprendió una huelga de hambre que ya cumple 40 días. La protesta pacífica busca llamar la atención sobre la crisis humanitaria en Gaza y el apoyo militar estadounidense a Israel.
Bajo el nombre “Veteranos y aliados en huelga de hambre por Gaza”, la movilización está compuesta por personas mayores y exmilitares que decidieron llevar su mensaje con acciones simbólicas. Portaban pancartas, pronunciaban consignas, y estaban rodeados por una presencia policial que superaba en número a los manifestantes.
Una de las participantes, Kathy Breen, lleva más de veinte días sin consumir alimentos sólidos. Denunció la falta de acción por parte del Consejo de Seguridad de la ONU y la inercia del Congreso de EE.UU. frente al conflicto. Su testimonio reflejó la desesperación de quienes sienten que los canales diplomáticos han fallado.
La campaña, promovida por la organización Veteranos por la Paz, exige dos medidas urgentes: el ingreso de ayuda humanitaria supervisada por la ONU a Gaza y la suspensión inmediata de la venta de armas estadounidenses a Israel. Hasta el 28 de junio, más de 800 personas en todo el país se habían unido a la huelga simbólica, reduciendo su ingesta diaria a unas 250 calorías, un reflejo del nivel de supervivencia en la Franja.
Muchos compartieron experiencias personales. Breen, por ejemplo, recordó cómo su paso por Irak en 2003 le cambió la vida al presenciar de cerca los daños de los bombardeos. Portaba una bandera con una cita del historiador Howard Zinn sobre la complicidad con la violencia institucionalizada.
Otro de los manifestantes, el exmilitar Jim Pandaru, expresó su rechazo al respaldo estadounidense hacia Israel. Señaló que muchas celebraciones patrióticas ocultan las consecuencias humanas de los conflictos armados. Ambos coincidieron en la necesidad de una mayor desobediencia civil para forzar un cambio de rumbo.
La manifestación concluyó de forma pacífica, dejando por unos momentos vacía la zona frente a la sede diplomática, pero con un mensaje que busca seguir resonando a nivel nacional e internacional.
