El domingo por la noche, Tel Aviv fue escenario de un incidente que reavivó tensiones en la región. Un hombre, presuntamente portando explosivos, perdió la vida en una detonación prematura que también dejó herido a un transeúnte. El lunes, tanto Hamás como la Yihad Islámica Palestina se atribuyeron la responsabilidad del acto.
Este suceso ocurre en un momento delicado, mientras mediadores internacionales buscan un alto al fuego en el conflicto entre Israel y Hamás. La explosión evoca dolorosos recuerdos de la época de la Segunda Intifada, cuando ataques similares sacudieron la sociedad israelí.
Según informes policiales, el objetivo podría haber sido una sinagoga cercana. Imágenes de seguridad muestran al supuesto atacante caminando con una mochila voluminosa momentos antes de la explosión.
En un comunicado conjunto, las ramas armadas de Hamás y la Yihad Islámica advirtieron sobre futuros ataques, vinculándolos a las acciones israelíes en territorios palestinos.
Las autoridades israelíes, incluyendo la policía y el Shin Bet, calificaron el incidente como un “ataque terrorista” involucrando “un potente explosivo”. El subcomisario Peretz Amar, jefe policial de Tel Aviv, confirmó que el cuerpo mutilado pertenecía al portador del artefacto.
Este evento subraya la fragilidad de la situación y la urgencia de encontrar soluciones diplomáticas para prevenir una escalada de violencia en la región.