Las autoridades de Marruecos informaron que la ciudad de Safi comienza a recuperar su funcionamiento habitual después de las graves inundaciones provocadas por lluvias intensas, un fenómeno que dejó 37 personas fallecidas y severos daños materiales.
De acuerdo con reportes oficiales difundidos desde Rabat, los trabajos de emergencia permitieron restablecer la circulación en las principales carreteras que conectan a Safi con otras regiones del país. Esto ha facilitado la llegada de ayuda, el movimiento de la población y el reinicio paulatino de las actividades cotidianas tras el desastre natural.
Para lograr este avance, se desplegó maquinaria pesada y personal especializado que continúa retirando lodo, escombros y vehículos arrastrados por la corriente. Aunque el tránsito ya fluye en la mayor parte de la ciudad, las brigadas siguen reforzando cauces y zonas vulnerables con el fin de reducir el riesgo ante nuevas lluvias.
Las autoridades explicaron que la ubicación geográfica de Safi, asentada en una zona costera con desniveles, influyó en la rapidez y fuerza del desbordamiento del río local. Por ello, el gobierno anunció la realización de un estudio técnico integral que permitirá identificar fallas en la infraestructura urbana y diseñar obras de protección más resistentes frente a futuros eventos climáticos extremos.
El episodio se desencadenó cuando precipitaciones excepcionales hicieron que el nivel del agua aumentara en cuestión de minutos, sorprendiendo a comerciantes y transeúntes en áreas bajas, especialmente en el mercado central. La corriente arrastró objetos, automóviles y personas, generando momentos de gran tensión entre los habitantes.
A pesar de la magnitud del fenómeno, no se reportaron colapsos de edificios públicos ni residenciales. Sin embargo, numerosas viviendas y negocios sufrieron daños internos significativos, lo que se traduce en importantes pérdidas económicas, principalmente por mercancía destruida y vehículos inutilizados.
La emergencia continúa bajo vigilancia, ya que los servicios meteorológicos mantienen una alerta por fuerte oleaje en la costa atlántica, con olas que podrían alcanzar niveles peligrosos en las próximas horas. Las autoridades pidieron a la población extremar precauciones y seguir las indicaciones oficiales mientras persisten las condiciones adversas.








