El líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, finalizó su visita a Indonesia dejando una huella significativa en el país con mayor población musulmana del mundo. Su estancia de tres días en Yakarta culminó con una multitudinaria misa que superó todas las expectativas de asistencia.
La ceremonia final, celebrada el jueves por la tarde, reunió a más de 100.000 fieles que abarrotaron dos estadios y sus alrededores. En su homilía, el Pontífice exhortó a los presentes: “Sean constructores de esperanza. Sean constructores de paz”. Este mensaje resonó entre los asistentes, incluso entre aquellos que siguieron el evento desde pantallas gigantes en el exterior.
Durante su visita, el Papa de 87 años no solo se dirigió a la minoría católica de Indonesia, que representa apenas el 3% de la población, sino que también promovió el diálogo interreligioso. Un hito importante fue la firma de una declaración conjunta con el gran imán de la mezquita Istiqlal, comprometiéndose a combatir la violencia religiosa y proteger el medio ambiente.
Tras concluir su agenda en Indonesia, Francisco se dirigió a Papúa Nueva Guinea, la segunda etapa de su gira por el sudeste asiático y Oceanía. En este país, el Sumo Pontífice se enfocará en temas de justicia social y se reunirá con misioneros argentinos en la remota localidad de Vanimo.
Este viaje papal de 11 días no solo busca fortalecer la fe católica en la región, sino también abordar desafíos globales como la paz, el diálogo interreligioso y la protección del medio ambiente, dejando un mensaje de unidad y esperanza en una de las áreas más diversas del planeta.
