Tres años después del retorno de los talibanes al poder en Afganistán, el panorama es desalentador, especialmente para niñas y mujeres. Los derechos conquistados durante las últimas décadas se han visto severamente restringidos, incluyendo el acceso a la educación. La situación económica también se ha deteriorado significativamente debido al aislamiento internacional.
El caso de Parwana Malik, una niña de 9 años vendida en matrimonio en 2021, ejemplifica la difícil realidad que enfrentan muchas menores afganas. UNICEF ha alertado sobre un alarmante aumento en los matrimonios infantiles, algunos involucrando a bebés de apenas días de nacido.
Las políticas talibanes han sido ampliamente criticadas por organismos internacionales. Recientemente, se aprobó una ley que limita drásticamente la movilidad y expresión de las mujeres en público, medida que la ONU ha calificado como “atroz”.
A pesar del no reconocimiento oficial por parte de la mayoría de países, el régimen talibán ha logrado ciertos avances diplomáticos. China y Rusia han mostrado una postura más abierta hacia el actual gobierno afgano, mientras que Estados Unidos mantiene su distancia.
La resistencia contra el régimen persiste. Ahmad Massoud, hijo del legendario combatiente Ahmad Shah Massoud, lidera desde el exilio el Frente Nacional de Resistencia de Afganistán. Massoud hijo argumenta que la opresión de la mitad de la población no solo viola los derechos humanos, sino que también es contraproducente para el desarrollo del país.
El futuro de Afganistán sigue siendo incierto, con una generación de jóvenes, especialmente mujeres, cuyas aspiraciones chocan frontalmente con las restrictivas políticas del régimen actual.