Miami, EE.UU.
El expresidente Donald Trump visitará Florida este martes para inaugurar un nuevo centro de detención de migrantes, bautizado como “Alligator Alcatraz”, en medio de una fuerte polémica ambiental y social. La instalación está ubicada en una zona ecológica protegida al suroeste de Miami, dentro de uno de los humedales más valiosos del país.
La decisión ha provocado rechazo entre autoridades locales y organizaciones ambientalistas, quienes denuncian la venta del terreno por apenas 20 millones de dólares, cuando su valor real superaría los 190 millones. También se cuestiona que el proyecto haya omitido procesos legales clave.
Durante la presentación del presupuesto estatal, el gobernador Ron DeSantis defendió el centro argumentando que su localización —en un área remota y pantanosa— dificulta cualquier fuga. Por su parte, la Casa Blanca confirmó la asistencia de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a la inauguración.
Con capacidad para 3,000 personas, el centro fue construido en solo dos semanas con carpas temporales sobre una antigua pista aérea. El nombre “Alligator Alcatraz” hace referencia tanto a la famosa prisión de San Francisco, que Trump intentó reabrir, como a los caimanes que habitan en la zona, utilizados como elemento disuasorio.
El Departamento de Seguridad Nacional estima que el centro costará unos 450 millones de dólares anuales. Mientras tanto, ya se planea la construcción de una segunda instalación en las afueras de Jacksonville.
Este nuevo complejo representa un esfuerzo conjunto entre el gobierno estatal de Florida y la administración de Trump, marcando un nuevo capítulo en las políticas migratorias del país, especialmente en un estado con alta población migrante.
