La crisis migratoria de la frontera con México ya llegó a la capital de Estados Unidos.
La alcaldesa de Washington D.C. pidió que se activen las tropas de la Guardia Nacional para ayudar a procesar a grupos de migrantes que desde hace días llegan en autobuses a la capital estadounidense.
Unas 4,800 personas indocumentadas han arribado desde la frontera sur, algo que la alcaldesa, la demócrata Muriel Bowser, describe como una “crisis humanitaria” que ha llevado a la ciudad a un “punto de inflexión”.
Los viajes en bus los organizaron en Texas y Arizona, estados fronterizos dominados por los republicanos, como protesta contra las políticas fronterizas del gobierno del demócrata Joe Biden, calificadas como laxas.
Las decisiones del presidente se dan en el marco de un aumento récord de la migración a través de la frontera entre Estados Unidos y México.
Los inmigrantes que llegan a D.C. dependen en gran medida de las organizaciones locales de ayuda humanitaria, que les suministran alimentos, vivienda y trabajo.
Washington es una ciudad santuario, una de las muchas jurisdicciones lideradas por demócratas en todo el país que limita su cooperación con las fuerzas del orden federales de inmigración.
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