En una conversación telefónica de apenas 11 minutos, los presidentes Joe Biden de Estados Unidos y José Mulino de Panamá trataron temas cruciales para la región, enfocándose en la crisis migratoria y la compleja situación política en Venezuela.
La llamada, que tuvo lugar el miércoles, se centró en estrategias conjuntas para enfrentar los desafíos de la migración irregular a través de Panamá. Ambos líderes discutieron medidas para regularizar a las poblaciones migrantes y fortalecer los esfuerzos humanitarios y de seguridad.
El flujo migratorio por la peligrosa selva del Darién ha alcanzado cifras alarmantes. En 2023, más de 500,000 personas cruzaron esta ruta, y para mediados de julio de 2024, ya se registraban más de 212,000 cruces, con venezolanos representando más del 60% de este éxodo.
Como respuesta a esta crisis, Biden se comprometió a iniciar en agosto los vuelos de repatriación de migrantes que llegan a Panamá por el Darién, financiados por Estados Unidos según un acuerdo previo entre ambas naciones.
Respecto a Venezuela, los mandatarios reafirmaron su apoyo a la restauración democrática en el país sudamericano. Mulino destacó el papel histórico de Panamá en la búsqueda de soluciones para la crisis institucional venezolana, mientras que Biden agradeció los esfuerzos panameños para movilizar apoyo regional en pro de la democracia.
La reciente decisión del Consejo Nacional Electoral de Venezuela de otorgar la victoria a Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio, sin publicar las actas de resultados, ha intensificado las tensiones políticas en la región.
Esta conversación bilateral subraya la importancia de la cooperación internacional en temas migratorios y políticos, reflejando los desafíos compartidos y la necesidad de soluciones coordinadas en el hemisferio.