Los cambios bruscos de temperatura y algunas características de las nuevas estaciones afectan nuestra salud y la de nuestras mascotas, por lo que debemos estar al pendiente de ellas.
Aunque en general los gatos suelen adaptarse de manera correcta a los cambios de clima, padecimientos como la influenza o la gripe felina pueden aparecer en ellos cuando las temperaturas disminuyen.
“Los gatos se pueden infectar con los diferentes virus de la influenza, como los virus de la influenza aviar, y transmitirlos de unos a otros (de gato a gato)”, señalan en su portal los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Al igual que en los humanos, la influenza no suele afectar gravemente a la mayoría de los gatos, pero en aquellos michis muy pequeños, de edad avanzada o que tienen otros padecimientos, puede ser fatal.
¿Cuáles son los síntomas de la influenza y gripe felinas?
Los gatos suelen infectarse de influenza o gripe felina en muchos sentidos de la misma manera que nosotros. Cuando entran en contacto con otros michis enfermos o éstos beben en el mismo cuenco o comen de la misma comida, pueden contraer la enfermedad.
“Algunos estudios científicos sugieren que no es inusual que los humanos infecten a los gatos con los virus de influenza estacional. Sin embargo, es poca la información sobre el riesgo de que un gato infectado con influenza la transmita a las personas”, detallan los CDC.
La gripe felina causa dolor de garganta, lagrimeo, estornudos, dolor muscular, fiebre y otros malestares, los cuales pueden provocar que los gatitos pierdan el apetito de forma momentánea y estén más inactivos.
A largo plazo, la aparición de úlceras y los estornudos constantes pueden hacer que desarrollen rinitis, infecciones e incluso problemas en la vista, por lo que deben ser tratados por un médico veterinario.