El hígado graso es una patología crónica que se caracteriza por la acumulación progresiva de grasa en el interior del órgano y que se produce a lo largo de los años en cantidades altas. Es fundamental evitar llegar a esta situación debido a que podemos pasar a hepatitis, cáncer de hígado, cirrosis o fibrosis hepática.
Inclusive, en uno de los peores cuadros, la única alternativa será el trasplante de hígado, teniendo en cuenta la dificultad para recibirlo de un donante. Es por ello que el primer paso será consolidar una dieta sana y evitar el colesterol alto.
Además del colesterol alto, también existen factores genéticos, diabetes o el síndrome metabólico como principales causantes de la enfermedad del hígado graso. En este contexto, especialistas afirman que una de las vías para evitar llegar a este punto es realizar ejercicio y consumir frutas y verduras, pero existe una dieta específica que te ayudará a evitar la aglomeración de las grasas.
En consecuencia, para mantener un hígado saludable y no padecer de colesterol alto, expertos sostienen que la dieta mediterránea es, por excelencia, el tipo de alimentación indicado para no caer en un hígado graso. Esto se debe a las grasas insaturadas que contiene y sus componentes ricos en omega-3. Dentro de esta dieta sana se deben evitar las carnes rojas y las bebidas alcohólicas.
Por otro lado, además de consolidar esta dieta sana para evitar colesterol alto y por ende reducir los riesgos de hígado graso, será vital implementar otros dos hábitos. El primero reside en disfrutar del café ya que según diversos estudios puede reducir las grasas contenidas en hígado. Además, el producto puede funcionar como protector es este órgano, apartándolo de la inflamación y el estrés oxidativo. Por otro lado, se sugiere mantener niveles adecuados de vitamina D porque la deficiencia de este nutriente puede provocar hígado graso.
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