1. Malestar estomacal
El jugo de apio puede causar malestar estomacal en algunas personas, especialmente en aquellas con síndrome del intestino irritable y sistemas digestivos sensibles.
El apio tiene un alto contenido en almidones fermentables, también conocidos como FODMAPs . Estos pueden causar hinchazón y molestias cuando se digieren.
2. Puede interactuar con algunos medicamentos
El jugo de apio tiene una mayor concentración de nutrientes por porción que los tallos de apio. Esta bebida tiene un alto contenido de vitamina K, la cual es importante para la coagulación de la sangre.
Las personas que toman ciertos medicamentos toman ciertos medicamentos deban controlar cuidadosamente su consumo de vitamina K. La vitamina K podría tener una grave interacción con la warfarina que es un anticoagulante. Quienes toman warfarina, deben asegurarse de que la vitamina K que consumen a través de alimentos y suplementos sea la misma todos los días.
“Un cambio repentino en la cantidad de vitamina K ingerida podría causar sangrado peligroso (si consume menos) o coágulos sanguíneos (si consume más)”, comparten los NIH.
3. Puede aumentar el hambre
El jugo de apio colado carece de fibra, por lo que es poco saciante y si se consume reemplazando alimentos ricos en fibra, puede contribuir al hambre.
Para obtener la mayor cantidad de beneficios del jugo, puede resultar conveniente conservar la fibra, ya que esta no solo hace una bebida más saciante, también favorece la salud digestiva.
4. Puede contribuir a aumentar la presión arterial
El alto consumo de sodio puede contribuir al aumento de los niveles de presión arterial. El jugo de apio es relativamente alto en sodio, una taza (240 ml) de jugo de apio puede contener alrededor de 215 mg de sodio. Beber uno o dos vasos de jugo al día puede contribuir notablemente a la ingesta total de sodio.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos consuman menos de 2 g de sodio al día equivalentes a 5 g de sal por día. La Asociación Estadounidense del Corazón indica que reducir 1,000 miligramos por día puede mejorar significativamente la presión arterial y la salud del corazón.
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