La halterista ecuatoriana Neisi Dajomes, primera mujer en ganar oro olímpico para su país adoptivo, ha forjado su camino al éxito superando innumerables obstáculos. Su viaje hacia los Juegos Olímpicos de París 2024 no ha sido la excepción.
Nacida en una familia de refugiados colombianos, Dajomes creció en la Amazonía ecuatoriana enfrentando pobreza y separación familiar. Desde temprana edad, demostró una fuerza y determinación extraordinarias que la llevarían a destacar en el levantamiento de pesas.
Su tenacidad quedó evidenciada en 2015 durante el Panamericano Juvenil en Toronto, donde, tras desmayarse en su primer intento, regresó a la plataforma para ganar la medalla de plata. Esta misma determinación la impulsó a superar una lesión en el hombro izquierdo después de su triunfo en Tokio 2020.
En su camino a París, Dajomes enfrentó nuevos desafíos al cambiar de categoría de peso y competir por el único cupo olímpico contra su compatriota Tamara Salazar. La presión aumentó cuando, en los Panamericanos de Caracas, no logró superar las marcas necesarias.
Sin embargo, en el Mundial de Phuket, Tailandia, Dajomes demostró su valía con una actuación impecable, asegurando su boleto a París 2024. “Desde pequeña me gustaba hacer cosas que requerían mucha fuerza”, recuerda la atleta, cuya pasión por el deporte la llevó a convertirse en un ícono nacional.
La historia de Dajomes no estaría completa sin mencionar a su hermana menor, Angie Palacios, quien también se ha clasificado para los Juegos de París en la categoría de 71 kg, continuando así el legado familiar en el levantamiento de pesas.
El viaje de Neisi Dajomes, desde refugiada hasta campeona olímpica, es un testimonio de perseverancia y superación, inspirando a una nueva generación de atletas ecuatorianos.
