El sur de Ecuador enfrenta uno de los incendios forestales más devastadores de su historia reciente. En apenas una semana, las llamas han devorado casi 4.000 hectáreas de bosques y pajonales en la provincia de Loja, superando el 10% del área quemada en todo el país durante 2023.
El siniestro, que comenzó en la comunidad de Quilanga, ha dejado un saldo preocupante: tres heridos, dos viviendas destruidas y la evacuación de 14 familias. La Secretaría de Gestión de Riesgos advierte que el fuego amenaza con alcanzar zonas pobladas, lo que ha puesto en alerta máxima a las autoridades locales.
Steven Ortiz, técnico de la unidad de Riesgos del Municipio de Quilanga, explicó que el incendio, inicialmente controlado, se reavivó debido a las condiciones climáticas adversas y los fuertes vientos. El alcalde Juan Carlos Santín señaló que el origen del fuego se debió a “quemas agrícolas”, una práctica común en la región que ahora se busca erradicar.
Actualmente, un centenar de personas, entre bomberos, militares y voluntarios, luchan incansablemente contra las llamas. Se espera que en las próximas horas se sumen operaciones aéreas para combatir el fuego desde el aire.
Este incendio se suma a una preocupante tendencia en Ecuador, donde ya se han perdido más de 13.200 hectáreas de vegetación en lo que va del año. La provincia de Loja, particularmente vulnerable, ha visto arder más de 45.000 hectáreas en la última década.
Las autoridades instan a la población a extremar precauciones, especialmente durante la temporada seca que se extiende de julio a diciembre, periodo de mayor riesgo para incendios forestales en el país.