En un giro inesperado, los senadores argentinos decidieron este jueves anular el polémico aumento de sus salarios, apenas tres días después de haberlo aprobado. La medida inicial había desatado una ola de críticas en todo el país, sumido en una profunda crisis económica.
La sesión especial en el Congreso de la Nación culminó con una votación unánime de 65 votos a favor de la revocación. Este retroceso se produce tras fuertes cuestionamientos del presidente Javier Milei, quien calificó el aumento como una “traición al pueblo argentino”, así como de la opinión pública y los medios de comunicación.
Actualmente, los senadores perciben alrededor de 4.500.000 pesos netos mensuales, equivalentes a unos 4.700 dólares al cambio oficial. El aumento rechazado habría duplicado esta cifra, llevándola a aproximadamente 9 millones de pesos.
Es importante destacar que esta decisión se da en un contexto donde el 42% de la población argentina vive por debajo de la línea de pobreza, con una inflación acumulada del 87% en los primeros siete meses del año.
Los legisladores se han comprometido a mantener sus salarios sin cambios hasta el 31 de diciembre, mientras se debate un proyecto de ley para unificar los sueldos de los tres poderes del Estado.
Esta situación ha reabierto el debate sobre la remuneración de los funcionarios públicos en Argentina, especialmente en tiempos de crisis económica. Los senadores ahora enfrentan el desafío de recuperar la confianza de una ciudadanía cada vez más escéptica ante las decisiones de sus representantes.
