Ciudad de Panamá. El gobierno panameño ha decretado nuevamente el estado de emergencia en Bocas del Toro, una de sus principales regiones bananeras, debido a una escalada de protestas y actos vandálicos vinculados a la polémica reforma del sistema de pensiones.
La medida, que estará vigente durante cinco días, incluye la suspensión de garantías constitucionales como la libertad de tránsito y permite a la policía efectuar arrestos sin orden judicial. Las manifestaciones se intensificaron tras los despidos masivos por parte de la empresa Chiquita Brands, que reportó millonarias pérdidas económicas.
Las protestas comenzaron semanas atrás cuando trabajadores bananeros se unieron a una huelga nacional para rechazar los cambios legislativos en la seguridad social. Esta reforma fue aprobada por el Congreso en marzo, en respuesta a un déficit de más de 650 millones de dólares en el sistema de pensiones.
Durante los disturbios, se reportaron saqueos, bloqueos de carreteras y daños a infraestructura pública y privada, incluyendo el aeropuerto de Changuinola, oficinas gubernamentales, comercios y el estadio Calvin Byron. Según el gobierno, al menos 80 personas han sido detenidas y 12 policías resultaron heridos.
El Ejecutivo sostiene que la acción busca “recuperar el orden y proteger a la mayoría de los ciudadanos”, mientras algunos sectores continúan rechazando los acuerdos alcanzados entre el gobierno y sindicatos bananeros.
