El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, atraviesa el momento más complejo desde su llegada al poder en 2023, luego de que la ciudadanía rechazara las cuatro preguntas del reciente referéndum nacional. El resultado marca un contraste con su contundente victoria electoral de hace siete meses, cuando obtuvo la reelección hasta 2029 frente a la candidata correísta Luisa González.
Con el conteo prácticamente finalizado, el voto por el No prevaleció en todas las propuestas impulsadas por el Ejecutivo. Entre ellas estaban: la instalación de una Asamblea Constituyente para reemplazar la carta magna vigente, la autorización para bases militares extranjeras, la eliminación del financiamiento estatal a partidos políticos y la reducción del número de asambleístas. Todas fueron rechazadas con porcentajes superiores al 53 %.
Analistas señalan que este revés responde a un clima de creciente descontento social. A la población le preocupa el impacto de las recientes medidas económicas vinculadas al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, así como el avance de la violencia criminal que continúa afectando a ciudades como Guayaquil. A ello se suma la tensión entre el Gobierno y la Corte Constitucional, tras la suspensión de varias leyes de seguridad impulsadas por el oficialismo.
Aunque el Ejecutivo destaca la captura de líderes de organizaciones delictivas, los homicidios siguen en aumento y podrían alcanzar cifras históricas este año. El país permanece entre los más afectados por la criminalidad en la región, mientras que las extorsiones y atentados continúan siendo una amenaza latente.
En el ámbito económico, las medidas de ajuste —como el incremento del IVA del 12 % al 15 % y la eliminación de subsidios a combustibles populares— generaron protestas en distintos sectores sociales, especialmente comunidades indígenas. Estas movilizaciones dejaron un profundo malestar, agravado por recortes en ministerios y la salida de miles de empleados públicos.
La confrontación institucional también se intensificó cuando el Gobierno acusó públicamente a jueces constitucionales de frenar iniciativas clave. Además, la reciente transferencia del exvicepresidente Jorge Glas a una cárcel de máxima seguridad, difundida en redes oficiales, despertó críticas por el trato recibido y elevó aún más la tensión política.
La derrota en el referéndum abre ahora un nuevo escenario para la administración de Noboa, que deberá buscar alternativas para sostener su agenda en un contexto social y político cada vez más desafiante.









