Un informe reciente del Centro Nacional de Derecho de la Mujer (NWLC) expone que el 21,5 % de las mujeres latinas en Estados Unidos vivieron en condiciones de pobreza en 2023, posicionándolas entre los grupos más afectados. La pobreza infantil, las disparidades raciales y los desafíos para las mujeres inmigrantes también mostraron un incremento alarmante, destacando las desigualdades persistentes en el país.
Latinas e inmigrantes: Desafíos económicos y sociales
Según el informe, las tasas de pobreza entre las mujeres latinas son superadas solo por las de las mujeres negras (18,9 %) y asiáticas (13,6 %). Sin embargo, estas cifras contrastan significativamente con el 9,6 % de las mujeres blancas no hispanas y el 8,8 % de los hombres blancos no hispanos.
Las mujeres inmigrantes también enfrentaron mayores desafíos económicos: el 14,7 % vivió en pobreza en 2023, frente al 10,2 % de las mujeres nacidas en el país. Esto pone de manifiesto las barreras estructurales que afectan a las comunidades migrantes, incluso cuando su aporte económico es vital.
Un análisis paralelo subrayó que, en 2021, las latinas contribuyeron con $1,3 billones al Producto Interno Bruto de EE. UU., reflejando su papel clave en la economía, a pesar de los retos.
Impacto del fin de las ayudas federales
El fin de los apoyos del Plan de Rescate Estadounidense (ARPA) en 2021 agravó la situación económica de muchas familias. Según el NWLC, las tasas de pobreza aumentaron significativamente entre 2021 y 2023, marcando el mayor repunte anual en más de cinco décadas.
- Pobreza infantil: De 5,2 % en 2021 a 13,8 % en 2023.
- Madres solteras: Subió del 11,9 % en 2021 al 28,5 % en 2023.
Los costos de vivienda y la disminución de beneficios no monetarios contribuyeron al deterioro de la situación, afectando más severamente a hogares negros y latinos.
Un llamado a la acción
A pesar de una reducción en la tasa general de pobreza según la Medición Oficial de Pobreza (11,1 %), la Medición Suplementaria evidenció un aumento al 12,9 % en 2023. Esto pone de relieve la necesidad de políticas más inclusivas que reduzcan las brechas económicas y sociales en EE. UU.