El reconocido teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, principal referente de la Teología de la Liberación, falleció a los 96 años. Sus restos serán velados en el histórico convento Santo Domingo, edificado en Lima durante el siglo XVI.
Gutiérrez, cuya labor teológica destacó por poner a los más desfavorecidos en el centro de su enfoque, ejerció una profunda influencia en la Iglesia y en el pensamiento teológico de América Latina. Su partida fue anunciada por la orden dominica del Perú, que compartió la noticia en redes sociales con el mensaje: “Ha partido a la casa del Padre”.
El sacerdote, doctor en teología por la Universidad Católica de Lyon, alcanzó notoriedad con la publicación en 1971 de su obra “Teología de la liberación. Perspectivas”. Este libro, que proponía una fe ligada a la justicia social y comprometida con los pobres, marcó un antes y un después en la historia de la teología latinoamericana. Gutiérrez afirmaba que la pobreza era “un estado escandaloso y contrario a la voluntad de Dios”.
Aunque su pensamiento generó críticas desde sectores conservadores, su influencia creció entre aquellos que buscaban una respuesta a las desigualdades sociales y los regímenes dictatoriales que azotaban la región en las décadas de 1960 y 1970. A pesar de la preocupación expresada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, liderada entonces por el cardenal Joseph Ratzinger, Gutiérrez siempre defendió que su propuesta era coherente con la doctrina social de la Iglesia.
Además de su labor teológica, Gutiérrez trabajó por más de 20 años en una parroquia en uno de los barrios de Lima, demostrando su compromiso no solo desde la teoría, sino también desde la acción pastoral. En 2014, fue homenajeado en el Vaticano durante la presentación del libro “Pobre para los pobres. La misión de la Iglesia”, que incluyó dos capítulos escritos por él y un prólogo del papa Francisco.
El papa Francisco, gran admirador de su obra, le envió una carta en 2018, en su 90º cumpleaños, agradeciéndole por su dedicación a los más necesitados. Además, en 2003, Gutiérrez fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias en la categoría de Comunicación y Humanidades, compartido con el periodista polaco Ryszard Kapuscinski.
El legado de Gustavo Gutiérrez, nacido el 8 de junio de 1928 en Lima, permanecerá como una referencia en la historia de la Iglesia y en la lucha por la justicia social. El cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, destacó que fue “un sacerdote fiel, ajeno a los lujos y siempre comprometido con los demás”, en un emotivo mensaje publicado en el portal del arzobispado.