El Tren Maya, uno de los proyectos más ambiciosos de infraestructura en México, ya recorre cinco estados y conecta importantes zonas arqueológicas de la civilización maya, atrayendo a turistas nacionales e internacionales. Este tren, que fue impulsado inicialmente por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y continúa en desarrollo bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, podría extenderse hasta Guatemala, pasando por Belice.
Actualmente, el tren cubre más de 1.500 kilómetros, con 34 estaciones distribuidas en los estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo. Entre los sitios arqueológicos más visitados en la ruta se encuentran maravillas como Chichén Itzá y Calakmul, ambos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El gobierno de Sheinbaum no solo pretende continuar con la operación turística del Tren Maya, sino que también tiene planes para incorporar el transporte de carga. Para ello, ha anunciado que en 2025 comenzará la construcción de instalaciones dedicadas a este fin.
Guatemala, por su parte, ha mostrado interés en formar parte del proyecto. El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, ha estado en conversaciones con el gobierno mexicano para conectar la región de Petén, hogar de sitios emblemáticos como Tikal, con la red ferroviaria del Tren Maya. Arévalo propuso dos rutas posibles: una que partiría desde Chetumal, en la península de Yucatán, pasando por Belice, y otra que conectaría desde Tenosique, en el estado mexicano de Tabasco, directamente a Flores, Petén.
El Petén, conocido por ser uno de los centros más importantes de la cultura maya, alberga a Tikal, un sitio arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979. Este sitio es también el mayor espacio excavado en las Américas, abarcando 576 kilómetros cuadrados de selva alrededor del centro ceremonial. La región tiene un gran potencial turístico, y la integración con el Tren Maya facilitaría el acceso para miles de visitantes.
“Estamos trabajando para conectar Petén con el Tren Maya en Yucatán. Hemos avanzado en las negociaciones con México, que ya nos ha mostrado su apoyo”, declaró Arévalo durante una conferencia de prensa reciente.
Aunque se contempla la posibilidad de que el tren atraviese Belice, aún no se han concretado acuerdos firmes con ese país. Tras una reunión entre López Obrador y el primer ministro beliceño, Juan Antonio Briceño, se discutieron varios proyectos de cooperación, incluyendo el Tren Maya, pero los avances en este aspecto han sido limitados.
Si Belice no se suma al proyecto, la parada más cercana del tren en México sería en Tenosique, a unos 60 kilómetros de la frontera con Guatemala. Desde allí, el trayecto hasta Flores cubriría aproximadamente 250 kilómetros.
A pesar de las críticas que ha recibido el proyecto por su impacto ambiental y su alta inversión, que supera los 30.000 millones de dólares, la presidenta Sheinbaum ha confirmado su compromiso de seguir adelante con la expansión del Tren Maya. Además, anunció que se espera la llegada de más trenes para reforzar el servicio en el sureste del país.
El futuro del Tren Maya parece prometedor no solo para México, sino también para la región, con la posibilidad de integrar a Guatemala en este ambicioso proyecto que sigue generando expectativas a nivel internacional.