En un emotivo acto de solidaridad y reclamo, cientos de familias mexicanas se reunieron para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Esta jornada, marcada por el dolor y la esperanza, sirvió como plataforma para exigir una respuesta más contundente del gobierno ante la crisis de desapariciones que afecta al país.
Según cifras oficiales, más de 115,000 personas han desaparecido en México desde 1952, aunque organizaciones civiles sugieren que la cifra real podría ser aún mayor. Las causas detrás de estas desapariciones son diversas, incluyendo la trata de personas, secuestros, y el reclutamiento forzado por parte del crimen organizado.
En Ciudad de México, el evento comenzó con una misa ecuménica donde el sacerdote anglicano Arturo Carrasco expresó: “Nos encontramos en una reunión que no debería existir”. Los asistentes, portando pancartas y camisetas con los rostros de sus seres queridos desaparecidos, representaban la dolorosa realidad de miles de familias en todo el país.
Marcela González, madre de Alan, desaparecido en 2017, viajó desde Jalisco para participar en la manifestación. “Venimos con la esperanza de ser escuchados, ya que la empatía parece estar ausente en el gobierno”, compartió González, miembro de la organización “Por Amor a Ellxs”.
Por su parte, Angelina Banda, de 65 años, relató sus esfuerzos incansables por encontrar a su hijo Roberto, desaparecido en 2021. “Como madres buscadoras, recorremos las calles pegando carteles, visitamos albergues, servicios forenses y hospitales”, explicó Banda, integrante del colectivo “Uniendo Esperanzas”.
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) han instado a los gobiernos a asumir la responsabilidad principal en la búsqueda de los desaparecidos y a implementar políticas integrales para prevenir y erradicar este fenómeno.
La jornada incluyó diversas actividades en todo el país, desde la colocación de carteles hasta protestas, conferencias y ceremonias religiosas. En la Glorieta de los Desaparecidos, familias y líderes religiosos crearon un mandala simbólico, donde cada pétalo representaba a una de las personas desaparecidas en México.
Este día de conmemoración y lucha subraya la urgente necesidad de acciones concretas por parte del gobierno mexicano para abordar la crisis de desapariciones y brindar apoyo a las familias afectadas. La persistencia y valentía de estas familias en su búsqueda de justicia y verdad continúa siendo un poderoso llamado a la acción para toda la sociedad.