Durante la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas en Viena, la canciller colombiana, Laura Sarabia, reiteró la solicitud del gobierno para que la hoja de coca sea eliminada de la lista de sustancias fiscalizadas, argumentando su uso tradicional y no estupefaciente en su estado natural.
Colombia busca un nuevo enfoque en la política de drogas
El gobierno colombiano defendió su postura de reformular las estrategias internacionales contra las drogas, promoviendo un debate abierto y basado en la evidencia científica. Sarabia enfatizó que el país ha sido el más afectado por la lucha contra el narcotráfico y que es urgente replantear las políticas actuales.
Desde su llegada al poder en 2022, el presidente Gustavo Petro ha impulsado una política de drogas que busca superar el prohibicionismo y dar un giro hacia enfoques más integrales. En este contexto, Colombia respalda la iniciativa de Bolivia de reconocer el valor cultural y tradicional de la hoja de coca.
El país sudamericano lleva desde 2023 solicitando a la ONU una revisión de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, que impone restricciones al cultivo de la hoja de coca. La eliminación de estas medidas, según el gobierno, permitiría disminuir el poder de las redes de narcotráfico y abrir nuevas oportunidades económicas para los cultivadores.
Alternativas económicas y sustitución de cultivos
Para enfrentar el impacto del narcotráfico, Colombia propone fortalecer los programas de sustitución de cultivos ilícitos con alternativas productivas como el cacao y el café. A pesar de estos esfuerzos, la superficie cultivada con hoja de coca en el país alcanzó las 253.000 hectáreas en 2023, lo que representa un aumento del 10 % respecto al año anterior, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Sarabia resaltó que la eliminación de la hoja de coca de la lista de sustancias peligrosas no significa dejar de combatir el narcotráfico. El gobierno mantiene sus objetivos de erradicación de cultivos ilícitos y busca debilitar las finanzas de las organizaciones criminales atacando el tráfico a gran escala.
Un enfoque basado en la ciencia
El gobierno colombiano confía en que la evidencia científica respaldará su propuesta. La canciller destacó que la Organización Mundial de la Salud podría confirmar que la hoja de coca, en su estado natural, no es perjudicial para la salud. “La ciencia demostrará que la hoja de coca no es un estupefaciente y que su exclusión de la lista de sustancias controladas es una medida necesaria y justa”, afirmó Sarabia.
Para reforzar su estrategia, Colombia ha trazado un plan ambicioso de erradicación en el noreste del país, afectado por la violencia derivada del conflicto entre grupos armados. Este programa contempla el pago mensual a campesinos que opten por sustituir los cultivos ilícitos, priorizando un enfoque social y económico para combatir la problemática.