Claudia Sheinbaum, de 62 años, ha hecho historia al convertirse en la primera mujer en ocupar la presidencia de México para el periodo 2024-2030. La exalcaldesa de Ciudad de México juró el cargo el martes con el desafío de mantener el legado social de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, y enfrentar retos como el crecimiento económico, la violencia ligada al crimen organizado y un déficit fiscal en aumento.
Durante la ceremonia oficial en la Cámara de Diputados, Sheinbaum recibió la banda presidencial de manos de Ifigenia Martínez, figura emblemática de la izquierda mexicana de 94 años, ante la mirada atenta de López Obrador. La nueva mandataria aseguró su compromiso con la Constitución mexicana y con el bienestar de la nación. “Si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande”, declaró, provocando aplausos y vítores del público presente.
Sheinbaum llegó al Congreso tras recorrer las calles de la Ciudad de México, saludando a sus simpatizantes y mostrando un semblante de alegría mientras asumía el liderazgo de un país que enfrenta importantes desafíos. Aclamada con gritos de “¡Presidenta, presidenta!”, se mostró lista para tomar las riendas de la nación en un ambiente de grandes expectativas.
Principales retos para su gobierno
El entorno financiero y de seguridad será un campo de batalla para la nueva presidenta, que tendrá la difícil tarea de ganar la confianza de los inversionistas después de la aprobación de la controvertida reforma judicial impulsada por López Obrador. Analistas destacan la necesidad de ofrecer un entorno regulatorio predecible y favorable a las inversiones.
“El principal reto de la presidenta Sheinbaum será garantizar un entorno de estabilidad y confianza para el mercado”, comentó Alberto Ramos, jefe de Investigación Económica para América Latina de Goldman Sachs. “Esto implica una gestión disciplinada del presupuesto, la estabilidad de empresas estatales como Pemex y avances significativos en seguridad pública”.
La mandataria también deberá abordar la polarización que ha marcado el panorama político mexicano en los últimos años, así como la implementación de reformas que, aunque populares entre ciertos sectores, han sido criticadas por debilitar la independencia de las instituciones. Entre ellas, la elección de jueces mediante voto popular y el fortalecimiento del papel del Ejército en la vida pública, medidas que han generado inquietud tanto a nivel nacional como internacional.
Continuidad con diferencias
Aunque Sheinbaum ha prometido mantener la agenda de transformación social de López Obrador, es consciente de que su estilo de liderazgo será diferente. “López Obrador gobernó con un carisma que le permitió sortear algunas críticas y errores. Sheinbaum, en cambio, deberá ser más eficiente y demostrar resultados concretos”, opinó Carlos Pérez Ricart, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
A pesar de compartir la visión de su predecesor, Sheinbaum es vista como una líder más técnica y menos confrontacional, lo que podría marcar un cambio en la forma de ejecutar las políticas del llamado proyecto de la Cuarta Transformación. Su desafío será gobernar con firmeza en un entorno donde las comparaciones con López Obrador serán inevitables.
Reacciones internacionales
La toma de posesión contó con la presencia de una docena de mandatarios y jefes de gobierno de países como Brasil, Chile y Cuba, lo que reflejó el apoyo de aliados regionales. Sin embargo, las relaciones internacionales de México podrían enfrentar ciertos retos bajo su administración. La delegación de Estados Unidos estuvo encabezada por la primera dama, Jill Biden, en lugar de un alto funcionario como ocurrió en la toma de protesta de López Obrador en 2018, lo que podría interpretarse como una señal de cautela por parte de Washington.
Por otro lado, la ausencia del gobierno español, que no envió representantes a la ceremonia en respuesta a la negativa de Sheinbaum a invitar al rey Felipe VI, ha generado especulaciones sobre posibles tensiones diplomáticas. La presidenta ha defendido esta decisión, argumentando que el gobierno español no se ha disculpado por los eventos de la Conquista, un tema que ha suscitado polémica en ambos países.
Un sexenio con grandes expectativas
Con un mandato que promete continuidad en las políticas sociales y un enfoque renovado en los desafíos económicos y de seguridad, Sheinbaum tiene la oportunidad de imprimir su propio sello en la historia de México. El mundo observará cómo la primera mujer presidenta navega un escenario complejo, buscando equilibrar la estabilidad interna y fortalecer la posición de México en el ámbito internacional.